Gato Gordo. Granada, España

Gatogordo surge bajo uno de los tejados del barrio del Realejo, Granada, un día de primavera de 2013, cuando un pequeño grupo de amigas y habitantes de una misma casa, a las que se irán sumando otros seres inquietos, deciden abrir las puertas de sus rincones más íntimos y convertir su hogar en una auténtica escena donde una vez al mes la creatividad brota en cualquier esquina y la magia simplemente sucede.

Constituidos como espacio asociativo, y conscientes de la necesidad de generar nuevos espacios y propuestas artísticas en la ciudad y en los tiempos actuales, crean un lugar de experimentación en el que compartir y aunar sus diversos bagajes personales a través de procesos de búsqueda y de creación colectiva donde la música, el gesto, la palabra o la danza indagan otras formas de expresión artística y se cuestionan las fronteras existentes entre ellas. Así nace esta particular propuesta en formato microteatral donde en cada ocasión, sumergidos en un ambiente de cercanía e intimidad, se dan cita más de un centenar de rostros enmascarados para descubrir cuatro o cinco creaciones breves y simultáneas que transforman la madriguera felina en una auténtica experiencia sensorial efímera.

Embriagado por este creciente proceso de aprendizaje, y ansioso por seguir maullando y ronroneando, Gatogordo sale a la calle y empieza a habitar otros espacios no convencionales en los que hacer teatro. Así, llevan el teatro a espacios cotidianos en la ciudad, planteando en cada evento la creación de espectáculos que hagan hablar a los espacios y a las personas que los habitan. (Gato Gordo, 2021)

Conocí a Gato Gordo hace unos 5 años en una de sus maravillosas actuaciones. Definitivamente, era un ambiente diferente. Recorríamos pasillos y escaleras encontrando teatros y danzas en espacios inusuales, como por ejemplo, en el baño o en la cocina. Esta experiencia inesperada nos ayudó a crear una vínculo invisible entre l@s asistentes. Después de todas las actuaciones, se llevó a cabo una jam session (actuación improvisada de l@s músic@s). Todo podía pasar.

La iniciativa de Gato Gordo, hoy en día se extiende por la ciudad de Granada, España. Gato Gordo toma la ciudad, como escenario actuando en lugares poco convencionales: Jardines, tiendas de antigüedades, casas particulares o plazas públicas. Es una forma extraordinaria y creativa de vincular el espacio público con el privado, y viceversa. El espacio público tiene una especial importancia en la vida cotidiana. Los países bordeados por aguas mediterráneas son una gran ejemplo de ello.

Gato Gordo, integra la cotidianidad y lo local. De hecho, ésta es una de sus grandes aportaciones. En sus actuaciones, las opiniones y los sentimientos de su entorno más próximo, y en particular, de sus vecin@s, forman parte de la creación colectiva.

Cuando el arte sigue estando en gran medida al margen de las actividades cotidianas formales, trabajar en alternativas para ampliar este enfoque, se vuelve prioritario. Todo el mundo debería poder tener acceso al arte y a la experimentación.

Otro elemento que hace especial a Gato Gordo es su metodología de trabajo. La comunicación es la principal herramienta para mejorar sus proyectos. Parece muy simple, pero en una sociedad fugaz dónde el tiempo es dinero, comunicar es un verbo al alcance de pocos proyectos.

En Gato Gordo no importa qué tipo de arte quieras explorar, ni de qué tema quieras hablar, ni si eres un experto o un principiante. Serás libre de disfrutar de Gato Gordo y de expresar tus sentimientos a través del arte.

Iris Díaz Carrasco , representado el proyecto, c-r-a-c-k-s , entrevistó a Maribel y Sara, componente de Gato Gordo

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